Una evolución que surge dadas las preferencias del consumidor.
Por años, un vaso de leche fresca era, sin discusión alguna, equivalente a una bebida nutritiva. Era la bebida que comúnmente acompañaba el almuerzo y la cena. Estaba muy presente en el desayuno también, ya sea en el cereal o en alguna crema. Sin embargo, hoy notamos que por diversas razones el vaso de leche fresca se echa a un lado. Tal vez el consumidor hoy la sustituye por una de las afamadas leches de almendra o de soya; o tal vez la olvidó por completo, descartándola por pensar que es una bebida beneficiosa solo para niños.
Es una situación que podría preocupar a cualquiera que sea parte de la industria lechera, pero la realidad es que no hay causa para alarma. Tal vez los consumidores ya no ingieren el vaso de leche tradicional con tanta frecuencia como lo hacían antes, pero lo consumen de todas formas, sin darse cuenta de ello. El sector lechero solo debe ajustarse una vez más a las preferencias del mercado para llegar a sus clientes y servirles la leche en el estado y empaque que más les guste y convenga.
El estado actual de la industria lechera
Como ya sabemos, el consumo de leche fresca ha mermado en los últimos años. En el 2017, antes del huracán María, ya las ventas disminuían a razón de un 3 por ciento anualmente. El huracán afectó aún más las ventas por varias razones, entre ellas que la refrigeración individual era difícil por la falta de energía eléctrica. Era mucho más fácil almacenar leche UHT, la que el público conoce como “la de cajita”. Si bien es cierto que las ventas de leche fresca mermaron dramáticamente luego del huracán, también hay verdad en decir que las ventas de leche UHT incrementaron de manera drástica a su vez.
Como si fuera poco, la cuarentena debido a la pandemia de COVID-19 ha probado nuevamente que existe una preferencia por este tipo de leche. El consumidor sigue optando por ella, aún cuando tiene luz en su hogar, porque prefiere comprarla en grandes cantidades para así no tener que visitar tanto el supermercado. La leche UHT, en todos sus nuevos empaques, ha venido para quedarse.
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¿Por qué se compra menos leche fresca?
En Puerto Rico existen varios factores que han influido en la merma de ventas de la leche fresca como producto al detal. Uno de ellos es que esta enfrenta mayor competencia que antes con la introducción al mercado de otras bebidas que pretenden simular la leche fresca, como las que son a base de almendras, de soya y de avena, entre otras. Ante este panorama, los productores de leche han tenido que modificar y ampliar sus operaciones para permanecer en el mercado.
Por otro lado, las preferencias del consumidor han sido determinantes en cuanto al rumbo que toma esta industria. Como vimos, luego del huracán María muchas personas mantuvieron su preferencia por la leche UHT hasta hoy día, por encima de la leche fresca, lo cual forzó a muchos productores a trabajar nuevos envases y productos que favorecieran a sus consumidores. Esta es otra de las razones principales de por qué compran menos leche fresca; simplemente un cambio en preferencia ya sea por conveniencia, durabilidad o hasta sabor.
Nuevas oportunidades en el mercado
Aunque el cambio siempre trae ciertas complicaciones, se puede decir que la industria lechera en Puerto Rico ha logrado adaptarse a las tendencias y exigencias del mercado. Manuel Martínez Arbona, presidente del Sector Lechero de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico, afirma que los productores de Puerto Rico han apostado al futuro de la industria en la Isla.
Creación de la Ruta 2024
Entre las acciones que han tomado está la creación de la Ruta 2024, que tiene como meta crear una distinción de los productos en el mercado. Esta es una alianza entre ganaderos, plantas elaboradoras, agencias gubernamentales, tanto estatales como a nivel federal, universidades y suplidores para que la industria lechera sea exitosa. Para lograr este objetivo tienen como meta educar a los ganaderos sobre las mejores prácticas para la producción de leche y así incrementar su calidad.
Además, hay planes de crearle una nueva identidad a la leche y desarrollar productos nuevos. Para formar parte de esta asociación se deberá producir un producto de calidad. Los productores de leche que se unan a esta iniciativa deberán proveerles a las vacas una alimentación sana y abundante y a su vez velar por su bienestar. Una vaca feliz produce una leche de mejor calidad, por lo tanto, si se le provee más espacio para , agua limpia y alimentación adecuada, se obtendrá un producto con mejores propiedades.
Diversificación del producto
Martínez Arbona también mencionó otras medidas que los productores de leche en Puerto Rico han tomado, como la diversificación del producto. Varios productores locales han lanzado productos nuevos. Antes, el consumidor que quisiera leche sin lactosa, por ejemplo, estaba obligado a comprarla importada. Hoy día, puede conseguir ese producto trabajado localmente, lo que le asegura que será más fresco que cualquier importación.
Cabe mencionar que hoy la leche sin lactosa es el producto de mayor crecimiento. Otro mercado que se ha abierto a nivel local es el de la producción de queso. Hoy día se produce más queso que nunca en Puerto Rico, además de yogur, mantequilla y crema, y cada día se buscan más maneras de tener mayor presencia en el mercado.
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Entrar en otros mercados
Además de la diversificación del producto y la apuesta por mejorar su calidad, la industria también busca entrar en otros mercados. Por ejemplo, ya hemos visto el uso de empaques más pequeños para la venta al detal de la leche reconstituida, como las de sabor a chocolate o fresa, en panaderías o garajes de gasolina. Uno de los grandes atractivos de estos empaques más pequeños es la conveniencia, particularmente cuando hablamos de bebidas dirigidas a niños.
Un sector que alimenta a un País
Tal vez con los años ya tus clientes no se tomen su vasito de leche como lo hacían antes; pero aún lo consumen, ya sea como merienda, en forma de yogur, piscolabis o como queso con su vino favorito. Lo cierto es que la industria lechera está más dispuesta que nunca para enfrentar el futuro y los cambios.
Martínez Arbona lo resume de una manera elegante: “tal vez la industria no sea lo que era hace cincuenta años, […] pero lo que se produce hoy día da para que el pueblo se alimente. […] De esa manera sí podemos asegurar nuestra seguridad alimentaria”. ¿Qué mejor que proveerle alimento a tu gente?
