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Hacienda San Pedro: Un proyecto de vida

Hacienda San Pedro

“La finca para mí ha sido mi forma de vida, ha sido mi escuela, mi fuente de alimento”.

Una taza de café – ya sea puya, cortadito, término medio o bibí – está presente en las mesas de los puertorriqueños día tras día. Mientras para muchos, el café es el empujón que necesitan en la mañana para comenzar su día o en la tarde para terminarlo, para Roberto Atienza Figueroa es su forma de vida.

“A veces me pregunto por qué yo sigo aquí, y siempre llego a la conclusión de que yo no sé hacer más nada, pero también es que la finca para mí ha sido mi forma de vida, ha sido mi escuela, mi fuente de alimento”, compartió Atienza Figueroa, propietario de Hacienda San Pedro.

Proyecto de 3 generaciones

Hacienda San Pedro es una finca vertical establecida entre las grandes montañas y los antiguos árboles del barrio Coabey en Jayuya, y se dedica a producir café de alta calidad para la venta local y la exportación. Su producto final – un café dulce, suave, achocolatado y bien balanceado – lleva el mismo nombre de la finca en donde se cosecha: Hacienda San Pedro.

El abuelo de Roberto, Emeterio Atienza, viajó desde España y sembró la primera semilla de café a finales del siglo 19. En el 1930 adquiere su propia finca, llamándola Hacienda San Pedro.  De ahí es que indirectamente influiría en la meticulosidad y dedicación de su nieto con el cafetal.

“Digamos que fue mi abuelo quien sembró en mí la semilla de establecer un proyecto de café de calidad. Aunque yo no lo conocí, mis tíos y amistades me hablaban de él, y lo celoso y cuidadoso que era con la producción de café. Yo quise de alguna forma continuar lo que él sembró cuando vino a Puerto Rico”, dijo.

Por la actual Sala de Catación Don Emeterio Atienza ha pasado el arduo esfuerzo y dedicación de 3 generaciones determinadas a producir un café specialty desde el centro de la Isla.

“Cuando comencé en la finca fue sumamente difícil. Fue un tiempo donde había muy pocos recursos para uno empezar. Mi papá era el dueño en ese entonces. Yo empecé a trabajar con él como obrero. Ahí seguí aprendiendo y conociendo hasta que logré ser el administrador. Luego pude comprarle la propiedad a mi papá y seguir desarrollándola. Son muchos años: llevo 45 años de trabajo para lograr establecer esto”, detalló el caficultor reconocido internacionalmente por su vasta experiencia.

Los éxitos de Hacienda San Pedro no se limitan a 3 generaciones, los hijos de Roberto – la cuarta generación – también forman parte de las manos que arropan las semillas del café. “Todos de una forma u otra están bien relacionados con lo que es la finca y con lo que fue el inicio en la finca de mi abuelo y mi papá”, compartió.

Su hija Rebecca Atienza es propietaria de los coffee shops que guardan el mismo nombre de la finca. Cuenta con 2 localidades en el área metropolitana de la isla y ha desarrollado un espacio en cual los amantes – expertos y principiantes – del café pueden disfrutar de una deliciosa taza acompañada de un postre o emparedado. “Ella me ayudó mucho. Trabajó conmigo desde el principio en lo de las exportaciones y la producción de café”, detalló su padre.

Mientras que su hijo, Roberto, tiene su propia finca donde cosecha distintos productos agrícolas, incluyendo el café. “Cuando empezó en la finca se enamoró, y tiene su propia finca. Es amante del café y de la finca”, compartió Roberto padre.

Sus otras dos hijas, a pesar de tener alguna relación lejana con la agricultura, están vinculadas a los inicios de la finca de una forma u otra. Una de ellas es contable y la menor estudia para ser veterinaria.

Café Hacienda San Pedro

Determinación de una producción vertical

Para que los puertorriqueños y muchas otras personas alrededor del mundo puedan disfrutar de una olorosa taza de café, debe llevarse a cabo un ciclo de cultivo y producción dilatado y riguroso. Son muchas las manos que deben esforzarse a diario ante un proceso de cosecha y producción arduo para que luego haya un producto de calidad en las estanterías de algún comercio. “El café no es simplemente el supermercado. Envuelve toda una vida de mucha gente”, expresó Roberto. Cada parte del proceso tiene sus peculiaridades. Para Atienza Figueroa, todas las etapas de producción “son hermosas”.

Conoce más sobre el proceso en esta mirada a la experiencia cafetalera en Puerto Rico.

Según el propietario de la hacienda, “ver cómo suben esos árboles; ver la florecida del café; y ver esa finca vestida de blanco es algo que no tiene comparación”. Además de ser un proceso largo y encantador para quien lo mira, son tareas que exigen gran cantidad de empleados.

“El café es una industria que es bien intensa en mano de obra”, añadió Atienza Figueroa.

Aquel que acepta el gran reto de cuidar el café y ser trabajador en el cafetal es pieza clave para la constancia de la producción. “Yo diría que es el héroe del proceso del café”, detalló Atienza Figueroa. Así como en las películas de héroes, los caficultores también tienen situaciones complicadas que enfrentar y superar.

Huracan María

Tropiezos del cafetal

Perder en un solo día la producción que tomó más de 30 años en establecerse es una catástrofe, según el caficultor. “Recuperarla toma años. Todavía no estamos al nivel que estábamos antes del huracán María. Me atrevo a decir que puede que estemos en un 50% de recuperación”, abundó Atienza Figueroa.

El proceso complicado de recuperación comenzó luego del paso del huracán María el 20 de septiembre de 2017. Tras las lluvias interminables y los fuertes vientos de más de 150mph, Hacienda San Pedro perdió el 90% de su plantación y cosecha.

“Estábamos prácticamente empezando la temporada, así que teníamos muy poco café en los almacenes, y tuvimos que recoger café del suelo. Los árboles estaban en el piso. Lo poco que recogimos, lo elaboramos y lo mantuvimos”, detalló Atienza Figueroa.

Como consecuencia inmediata de esta catástrofe ciclónica, Hacienda San Pedro tuvo que cerrar su página web en donde vende su producto ya que no contaba con el café suficiente para abastecer las ventas locales y en línea, por lo que decidió enfocarse en suplir el mercado local de su isla.

Debido a que gran parte de los árboles de café quedaron debilitados y destruidos, en el 2018, un año después, sólo lograron contar con una mínima producción de café. Con la estructura afectada, no disponían del vivero ni de semillas suficientes para una producción adecuada y eficiente.

Aún cuando Hacienda San Pedro enfrentó grandes retos para poder superar los estragos del huracán María, su propietario considera que un mayor desafío ha sido la pandemia del COVID-19. “Ha sido el reto más grande por que es el que ha afectado en cantidad de gente y en cantidad de trabajadores”, detalló.

“Después de María, fue difícil, pero casi nos levantamos. Con la pandemia yo te diría que ha sido la época más difícil desde que yo estoy aquí en la finca” – Roberto Atienza, propietario de Hacienda San Pedro.

A mediados de marzo de 2020 – el comienzo de la pandemia en Puerto Rico – los caficultores, especialmente los de Hacienda San Pedro, sintieron su tierra tambalearse. “Tan así que a nosotros se nos quedó casi el 80% del café en los almacenes porque no se vendía”, puntualizó Atienza Figueroa.

En cuanto a la mano de obra, ha sido una situación que se ha ido complicando gradualmente. Hace un poco más de 10 años, “yo sembraba 25 a 30 cuerdas en un año sin ningún problema. Ahora para sembrar 5 cuerdas es difícil porque hay que hacerlo con mucho menos personal”, detalló el agricultor. De igual forma en el proceso de cosecha ha sido retante contar con la mano de obra necesaria. “Si te digo que hace 10 años llegaban a ver hasta 100 personas, el año pasado recogimos la cosecha con 11. Es casi el 10% de lo que había”, añadió.

De la misma forma en que los héroes de las películas hacen cualquier cosa por salvar el mundo, Hacienda San Pedro adapta su producción y procesos para poder continuar con encomienda.

“Así que ha sido una serie de crisis desde María hacía acá bastante difícil, pero nos hemos mantenido. Yo creo que estamos en buena posición para continuar, acabar de desarrollar la finca y volver al nivel en donde estábamos”, concluyó Atienza Figueroa.

Café de Hacienda San Pedro

Todo por un producto eficiente

Todos los que forman parte del motor de Hacienda San Pedro, buscan guardar la calidad y el sabor del café que tanto les caracteriza mientras desarrollan mejores prácticas en su producción. “Ha sido un proceso de aprendizaje y mejora en cada una de las fases del proceso”, dijo Atienza Figueroa.

Al final del proceso, 616 libras de café con cáscara pasan a ser 80 libras de café tostado.

Algunas de las prácticas que han implementado con el fin de mejorar y crecer su producción son:

  • Siembra en tubete

Este sistema de propagación de plantas permite cultivar el árbol de café sano, libre de hongos y enfermedades. “Antes una persona se llevaba 2 semillas en la mano para sembrarlas, ahora con los tubetes nosotros cargados las guaguas en 3 minutos con 500 semillas”, explicó Atienza Figueroa.

  • Pergamino como combustible

Las secadoras que se utilizan para secar el café, “hace 10 años utilizaban 100% diésel, ahora utilizan 100% pergamino como combustible”, detalló el propietario. El pergamino es una capa del grano de café que se remueve en el proceso de beneficiado.

  • Pulpa como composta

Con el propósito de no desperdiciar ninguno de los residuos de la semilla del café, utilizan la pulpa que se extrae en una de las primeras fases de producción.

Hacienda San Pedro continúa a la vanguardia para lograr la mejora en sus maquinarias y fases de producción.

Propietario de Hacienda San Pedro

Comprometido con la industria cafetalera de café especial

Roberto Atienza Figueroa vislumbra el futuro de la industria cafetalera en el país como una enfocada en el café specialty y en la experiencia de los coffee shops, no tanto en la cantidad enorme de quintales que se producían antes. “El mercado nos ha demandado a que produzcamos más calidad, pero nos ha premiado con mejores precios. Así que, dentro de las crisis y lo difícil, la finca nos ha pagado. Nos ha devuelto ese sacrificio y ese esfuerzo que hemos hecho”, explicó el propietario.

Para Hacienda San Pedro la meta es aumentar la producción y considerando menos terreno y mejorar la hacienda. “Nosotros tenemos un mercado ya establecido y en este momento lo que nos falta es café”, compartió Atienza Figueroa.

Semilla tras semilla, la industria cafetalera en la isla se fortalecerá y los puertorriqueños continuarán disfrutando de un café de alta calidad en su coffee shop preferido.

Ya sea en la mañana o en la tarde, te invitamos a pasar por Hacienda San Pedro para que disfrutes de una taza de café de la más alta calidad desde las montañas de Jayuya.

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